De la
película Ciudadano Kane:
"Hay dos tipos de
personas: Las que consiguen lo que quieren y las que no se atreven a conseguir
lo que quieren." (Charles Foster Kane).
En más de una ocasión, en diferentes foros de Desarrollo
Personal, he leído o escuchado, que uno de los principales motivos por los que las personas no consiguen lo que quieren, es
porque no saben lo que quieren. Desde mi punto de vista, francamente, lo
comparto.
Lo comparto porque vivimos tiempos difíciles y ahora, más que
nunca, es prioritario saber lo que se
quiere.
Momentos provocados por este cambio
de ciclo al que, como personas, como profesionales, hemos tenido que
adaptarnos para poder hacer frente, a imprescindibles y necesarias
transformaciones, a la velocidad, que estos nuevos retos, nos han impuesto.
Nuevos escenarios que obligan a salir de la zona de confort. A
perder el miedo, a vivir y trabajar en unos entornos caracterizados por su
complejidad e incertidumbre.
Porque nos guste o no, ya no se puede continuar trabajando como
hasta ahora. “Si queremos alcanzar
resultados diferentes, necesitamos hacer cosas distintas”.
Según los pronósticos para esta año, las previsiones
empresariales no indican una gran recuperación, pero sí, un mayor movimiento y
oportunidades.
Por ello, las empresas necesitan localizar e identificar
personas / profesionales capaces de asumir estos nuevos retos con los
imprescindibles conocimientos, habilidades y actitudes, que permitan
enfrentarse a estos mercados más dinámicos y competitivos.
Su objetivo: personas
extraordinarias que consigan resultados extraordinarios.
Hasta aquí la realidad, a la que como personas, debemos
enfrentarnos y donde es muy necesario realizar, de forma individual, la
siguiente reflexión:
YO, que a priori me puedo considerar una persona corriente,
ordinaria:
¿Soy capaz de
realizar algo extraordinario que aporte valor, que sea diferencial…?. ¿Soy
capaz de asumir, hacer algo de forma excepcional, o solamente esto es exclusivo
de gente definida como especial?.
Estoy seguro que la respuesta predominante sería: Sí, hacer algo de manera excepcional es
una virtud, una característica,
exclusiva de unos pocos.
Y estoy convencido de que llegamos a esta conclusión, porque no nos
consideramos lo suficientemente buenos y por ello nos infravaloramos, ya que
asumimos de partida, no tener la capacidad de aportar valor. Quizás porque
tengamos miedo a lo nuevo y a lo
desconocido. Miedo a adaptarnos a
nuevos cambios, nuevas situaciones, nuevos retos, nuevos mercados....
Y esto es un ERROR ….
Como indica Andrés Pérez Ortega en su brillante libro
“Expertología” (del que recomiendo su lectura), “Si eres uno más, Eres uno menos”.
Y esto es, si no lo evitamos, lo que va a pasar, si somos
incapaces de poner en marcha el potencial, nuestro poder interior, que todos y cada
uno de nosotros, posee y que probablemente no hemos identificado o no hemos
desarrollado.
AHORA ES EL MOMENTO de demostrarnos,
que estamos capacitados para conseguir, los cambios y
resultados que nos permitan convertirnos en Gente Especial.
Conseguirlo
va implicar esforzarse, dar lo mejor de uno mismo, donde la
actitud, la confianza y el compromiso, van a ser fundamentales.
Dicen que:
Triunfar en la vida depende 20 % del talento y un 80 % de la actitud y
confianza en uno mismo (no cabe duda, los emprendedores conocen muy bien estos porcentajes).
Tanto profesionalmente como personalmente, he sentido, vivido,
experimentado, comprobado, algo tan simple como lo siguiente:
Quien quiere hacer
algo, busca un recurso y quien no quiere, busca un pretexto, plantea un
problema, pero nunca una propuesta.
Y ciertamente, así es.
Normalmente estamos acostumbrados a ver a las personas en su realidad, no en su
potencial. Por ello tenemos la obligación inexcusable de identificar y
averiguar nuestro propio potencial.
Porque somos mucho más de lo que pensamos de nosotros mismos y
esto nos capacita para identificar y activar ese poder interior con el que conseguir esos resultados extraordinarios, que personas,
empresas y organizaciones necesitan para poder asumir, con éxito, estos
nuevos retos.
Evidentemente esto no va a ser fácil, pero sí que va ser muy difícil conseguirlo, si desde el
principio, no nos esforzamos en lograr identificar: SABER LO QUE QUEREMOS.
“Un mar tranquilo
nunca hizo un buen marinero”. (Anónimo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario